La inteligencia artificial predice y toma decisiones de ahorro energético

La inteligencia artificial (IA) se utiliza cada vez más para ayudar a satisfacer la demanda mundial de energía limpia, barata y fiable.

La industria energética mundial se enfrenta a cambios fundamentales en la forma de generar, vender y distribuir la energía. Por ello, está tratando de encontrar la manera de gestionar los crecientes gigavatios de energía renovable, imprevisible y dependiente de las condiciones meteorológicas, que fluyen hacia las redes eléctricas desde sus generadores.

Las fuentes de electricidad renovables están surgiendo como sucesoras de las centrales eléctricas tradicionales de carbón. Sin embargo, un problema clave de la electricidad renovable es su inconsistencia. Un día nublado o una serie de días tranquilos y sin viento interrumpen la generación de electricidad y pueden provocar escasez. Por el contrario, cuando las condiciones son favorables para su producción, puede generarse demasiada energía de la necesaria

Esto significa que las centrales eléctricas de carbón podrían ser futuras fuentes de energía de reserva que puedan encenderse rápidamente para suplir la escasez de energía y que se necesiten costosas soluciones de almacenamiento para gestionar los picos de exceso de producción.

El uso de la inteligencia artificial para crear previsiones sobre la demanda de electricidad, la generación y la meteorología puede reducir la necesidad de estos mecanismos de reserva al predecir las fluctuaciones de la producción de energía y gestionarlas en consecuencia.

La inteligencia artificial también puede utilizarse en procesos de toma de decisiones de una escala y complejidad que empiezan a superar las capacidades de gestión humanas. La inteligencia artificial puede utilizarse para gestionar la escasez de electricidad interrumpiendo brevemente la demanda de electricidad en comunidades o regiones enteras. Podría tratarse de miles de frigoríficos en los hogares o en lugares de gran demanda, como las plantas industriales. La velocidad y la complejidad de esta tarea requieren una inteligencia artificial avanzada.

Transferir el control del hogar a la inteligencia artificial a distancia puede parecer cosa de ciencia ficción, pero la integración de la inteligencia artificial en nuestros dispositivos ya está en marcha. Por ejemplo, la inteligencia artificial ya se utiliza para gestionar el consumo de energía en un dispositivo que la mayoría de nosotros utiliza a diario: los teléfonos móviles. El sistema Android incluye una función que examina los hábitos de las aplicaciones para asegurarse de que la batería sólo se gasta en las que más se utilizan. Las aplicaciones que se utilizan ocasionalmente y que antes se ejecutaban en segundo plano consumiendo energía innecesariamente se desactivan.

La inteligencia artificial ahora también puede ver la cantidad de electricidad que consume cada uno de nuestros electrodomésticos. Una startup británica utiliza la IA para encontrar la "huella digital" de cada aparato, utilizando los datos del contador de la luz. Los fabricantes de electrodomésticos se verán sometidos a una presión cada vez mayor para fabricar productos eficientes desde el punto de vista energético. Al tener acceso a cuánto cuesta exactamente el funcionamiento de un lavavajillas o un televisor, los consumidores pueden desencantarse rápidamente de los aparatos que consumen mucha energía.

Los consumidores de energía pueden conocer su perfil energético

La proliferación de asistentes virtuales en los hogares, combinada con estos datos, podría afectar fundamentalmente a la forma en que compramos y utilizamos la electricidad. La integración de los datos energéticos con productos como Alexa y Google Home podría dar lugar a sistemas de gestión de la energía en los hogares en los que, por ejemplo, en lugar de encender la lavadora sola, se programe su funcionamiento cuando el precio de la electricidad sea más bajo.

Las empresas también pueden beneficiarse de estas mejoras. Un desarrollador de inteligencia artificial con sede en el Reino Unido ha creado una tecnología que permite a las empresas controlar el uso de la energía de sus edificios, aprovechando los periodos de baja demanda de electricidad y los suministros más baratos. Como resultado, las empresas pueden recibir reducciones en los pagos por la descarga de electricidad a la red durante los periodos punta. El uso de algoritmos de aprendizaje automático predictivo del caso de la inteligencia artificial, permite al consumidor predecir su perfil energético por primera vez.

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